Importancia de la conciencia en la estructura del ser humano Parte 4
Devocionales
La formación en disciplina del creyente le permite hacerse apto para disfrutar todo lo que Dios da.

Pr. jorge enrique orejuela castillo
Pastor y consejero por más de 40 años. Graduado en Teología de la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos. Médico cirujano graduado de la Universidad del Valle. Actualmente se desempeña como Presidente de la Junta de Presbíteros de la Iglesia Apostólica de Jesucristo - "Fe en Jesús" Comunidad Internacional.
Importancia de la conciencia en la estructura del ser humano Parte 4
La conciencia es un tema del que se habla con frecuencia en el mundo, pero se tiene una pobre elaboración acerca de la misma, el hecho es que fácilmente el hombre se afecta por muchas ideas populares y alrededor de esos argumentos se elaboran creencias acerca de lo bueno y lo malo, formando una conciencia superficial; por el contrario, la conciencia válida y saludable es algo que el ser humano desarrolla en la disposición de obediencia a las razones de Dios.
En la vida constantemente se toman decisiones y esas decisiones están fundamentadas en los criterios de conciencia que se tienen en el presente, pero a veces éstos no sirven para mucho tiempo y sobre esos criterios así tan cambiantes y superficiales se ejecutan las cosas por lo que se cree hoy, sin tener en cuenta que en el trascurso del tiempo todo eso cambia.
La pregunta es ¿Qué hay en el ser humano que tenga la consistencia de permanecer para siempre? Lo mejor que se puede hacer es descubrir la estructura original que está en cada persona, de una conciencia que Dios colocó fundamentada en las razones que Él nos da, por medio de la obra de su Espíritu y por su Palabra que permanece para siempre.
Ésta conciencia que Dios ha dado es algo que se debe redescubrir y entender lo que de fondo Dios ya dejó en la humanidad, y al hacerlo, aunque se viva como algo nuevo que se abre a la luz de la Palabra, realmente es una condición que pone al día a las personas con el presupuesto original de Dios, que las llama a que sean sus hijos.
La conciencia es un tema recurrente en el mundo, pero a menudo se presenta con una elaboración superficial.
Muchas personas se ven influenciadas por ideas populares y construyen sus creencias sobre el bien y el mal basándose en argumentos cambiantes. Esto da lugar a una conciencia frágil y voluble, que varía según las circunstancias y las modas del momento.
Despertar esa conciencia ayuda a entender que Dios demanda una postura consecuente con la verdad que Él ha entregado, independientemente de los argumentos y logros a nivel religioso. El apóstol Pablo hace una crítica tan frontal en la carta a los Romanos 2:5-8 “pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer buscan gloria y honra e inmortalidad, Pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia”; por eso de nada sirve solo entender argumentos, volverse experto dentro del concepto, pero lejano de una práctica real, de una vida que esta tocada por la conciencia de Dios que mantiene al hombre con un compromiso con la verdad, “porque no hay acepción de personas para con Dios” (Romanos 2:11).
Se cuenta con la obra del Espíritu que actúa desde el interior de cada persona, y con la educación de la Iglesia a través de la Palabra, se alcanzan dos fuerzas se unen para que el hombre pueda ser construido y llegue preparado para dar cuenta a Dios.
De modo que el Espíritu hace en cada persona el trabajo de ponerlo al tanto de lo que, originalmente hay y que Dios ha colocado en él desde el principio.