Importancia de la conciencia en la estructura del ser humano Parte 2
Devocionales
La formación en disciplina del creyente le permite hacerse apto para disfrutar todo lo que Dios da.

Pr. jorge enrique orejuela castillo
Pastor y consejero por más de 40 años. Graduado en Teología de la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos. Médico cirujano graduado de la Universidad del Valle. Actualmente se desempeña como Presidente de la Junta de Presbíteros de la Iglesia Apostólica de Jesucristo - "Fe en Jesús" Comunidad Internacional.
Importancia de la conciencia en la estructura del ser humano Parte 2
Dios nos habla a través de la conciencia todo el tiempo, y lo confirma la Biblia “Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aún en las noches me enseña mi conciencia” Salmos 16:7. Nuestra conciencia nos habla desde los territorios profundos de nuestra mente.
Dios colocó de origen en el ser humano, razones de Él en la conciencia, como una condición de base, y cuando el ser humano es desviado a través de manejos que se hacen en la sociedad o a veces en las mismas familias, hay siempre de Dios algo que trata de meterlo nuevamente en la claridad de las razones de Él hasta donde sea capaz de entenderlas, o en otras palabras, decodificarlas, porque están en código en la estructura profunda de la mente.
Y en la medida en que se va despertando conciencia, se va decodificando eso que Dios colocó allá desde muy temprano, de modo que, todavía hay mucho que aprender de Dios mediante la conciencia.
En la medida en que la conciencia crece, la necesidad de estar despiertos aumenta, porque no basta sólo con estar orientado hacia el entorno físico actual, sino que el ser humano debe ser cada vez más conciente de su condición interior, teniendo la capacidad y la exigencia de reflexionar sobre los contenidos de la propia conciencia y comprender lo que es la persona misma, a esta demanda superior se le denomina autoconciencia, que da la sensibilidad para juzgarse a sí mismo y reconocer sus yerros y corregirlos.
Este despertar de conciencia, es como una resurrección, donde las razones de Cristo Jesús mueven la vida, la motivan e inspiran, llevando a la persona a superar los argumentos en los que ha vivido inmerso todo este tiempo que no corresponden al propósito de Dios.
Una conciencia despierta, lleva a los seres humanos a ubicarse en la vida mejor que cualquier especie animal, porque cuenta con más herramientas. En la figura que usa el profeta Isaías (Isaías 1:3) para hablar de la inconsciencia de su pueblo delante de Dios, compara la conciencia de un buey y la conciencia de su pueblo que se precia de creyente; el buey conoce perfectamente su lugar y su dueño, pero en cambio el pueblo desconoce a su Dios. Es preciso aprender a desarrollar las posibilidades de la conciencia y que Dios en su gracia le dé la oportunidad a los seres humanos de despertar esa dimensión de ésta.
La conciencia en el ser humano está en constante crecimiento, perfeccionándose para alcanzar la medida de los verdaderos hijos de Dios. A ellos se les permitirá aproximarse a la visión divina, entendiendo sus razones y propósitos.
Esta conciencia que se desarrolla en el ser humano está aún en crecimiento, perfeccionándose para dar la medida de los verdaderos hijos de Dios, a quienes se les permitirá aproximarse a la visión de todas las cosas que tiene Dios y entender sus razones y propósitos. Es así como se puede decir que el movimiento progresivo de la conciencia se presenta como una conciencia primaria, que es la de los animales y la del hombre natural; luego una conciencia superior que tiene que ver con la capacidad de razonar del hombre, de interpretar a partir del conocimiento desarrollado, entender la vida siendo concientes de su particularidad y sus sentires profundos.
Al respecto de ésta idea, encontramos en la Biblia en el libro de Hageo 1: 5-6, una insistente expresión de Dios, buscando despertar éste tipo de conciencia en su pueblo: “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos, Meditad bien sobre vuestros caminos, sembráis mucho y recogéis poco; coméis y no os saciáis; bebéis y no quedáis satisfecho;, os vestís y no os calentáis. Y el que trabaja jornal recibe su jornal en saco roto” puede que la vida hoy al igual que ellos esté en las mismas condiciones, donde nada se resuelve y todo se va de las manos. Se hace preciso examinar todas las cosas, lo que se hace en el cotidiano vivir, ¿Cómo se hace? ¿Qué sentido tiene lo que se hace? ¿A dónde está llevando? ¿Qué efecto está produciendo en la vida?
En el texto de Hageo 2:15 Dios invita a meditar en el corazón, antes de hacer un ajuste serio a las condiciones de la existencia, reordenando la vida, evitando conformarse con hacer las cosas de manera rutinaria, siendo arrastrados por los intereses comunes de este mundo. Al contrario, el hombre debe abrir la mente para ver y entender lo que Dios está desarrollando como programa en la vida, descubriendo a tiempo las cosas mal hechas y tomando decisiones oportunas que lo conduzcan hacia su realización.