Importancia de la conciencia en la estructura del ser humano Parte 1
Devocionales
La formación en disciplina del creyente le permite hacerse apto para disfrutar todo lo que Dios da.

Pr. jorge enrique orejuela castillo
Pastor y consejero por más de 40 años. Graduado en Teología de la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos. Médico cirujano graduado de la Universidad del Valle. Actualmente se desempeña como Presidente de la Junta de Presbíteros de la Iglesia Apostólica de Jesucristo - "Fe en Jesús" Comunidad Internacional.
Importancia de la conciencia en la estructura del ser humano Parte 1
Podríamos decir que la conciencia es la habilidad de los seres vivos que les permite mantenerse despiertos haciendo uso de toda la estructura que tienen para establecer una relación saludable con todo lo que los rodea y con todo lo que los constituye.
Estamos haciendo uso de la acepción médica del término cuando en el ambiente clínico se expresa: “El paciente se encuentra conciente…” Pero esta condición aplicada al principio general de la conciencia, incluye todas aquellas condiciones de su naturaleza que le permite interpretar válidamente su propio entorno y ajustar sus posturas a lo que objetivamente aprecia como correcto, en el interés saludable de su bienestar personal y colectivo.
Para entender esto es necesario tener en cuenta que en el programa de Dios todo se fue desarrollando a partir de lo natural, lo biológico; en las personas la conciencia surge de allá. Podemos decir que los animales tienen una conciencia básica y de ella participan los seres humanos. Entonces, cuando hablamos de nuestra conciencia, esta viene de las experiencias de los animales que tienen un sistema nervioso primitivo, el cual les ha servido para reaccionar, para acomodarse al mundo en el que están, en el que les ha tocado vivir y sobre todo para interpretar su entorno hasta donde su naturaleza y su estructura les da.
La ciencia confirma esta idea y podemos decir que la conciencia es como rutas neurológicas, paquetes neurológicos seleccionados para ir perfeccionando respuestas objetivas a las situaciones de demanda que se presentan y esas rutas funcionan eficazmente y llegan donde tienen que llegar a tiempo para advertir.
La conciencia es la capacidad de los seres vivos para mantenerse despiertos y utilizar toda su estructura biológica en el establecimiento de una relación saludable con su entorno y con ellos mismos.
Desde una perspectiva médica, cuando se dice en un ambiente clínico “El paciente se encuentra consciente”, se hace referencia a un estado de alerta neurológico. Sin embargo, el concepto de conciencia va más allá, incluyendo la capacidad de interpretar correctamente el entorno y ajustar las acciones a lo que se percibe como correcto, con el propósito de garantizar el bienestar individual y colectivo.
Estas rutas neuronales, el organismo las elige por ser las mejor dispuestas para que hagan ese trabajo y precisamente para eso se ubican en territorios estratégicos del cerebro.
Así, por ejemplo, hasta donde ha desarrollado la conciencia un animal que vive en el monte, estará capacitado a usar con habilidad todos sus sentidos para gestionar su alimentación, su seguridad en medio de muchos depredadores, su disposición para perpetuar la especie, los espacios para su reposo y la posibilidad de asociación con otras criaturas que no le representan riesgo para su vida y sí muchas oportunidades para encontrar soluciones a sus necesidades vitales.
La conciencia de una mascota incluye su capacidad para identificar a los seres humanos cercanos y confiables, interpretar el mundo de sus amos y ajustar su existencia a lo que de allí puede obtener para su bienestar.
Ya en un ser humano, la conciencia cuenta con habilidades superiores, pues debe estar suficientemente despierto para, como los demás seres vivos, interpretar bien el mundo en el que vive; además, ser observador de sus pensamientos, de sus sentimientos e intenciones, en una sucesión de estados subjetivos que están integrados alrededor de su identidad de persona (su yo)
Es para el hombre una demanda del estado de vigilia superior porque su conciencia tiene un territorio adicional y más exigente, al que se le denomina autoconciencia y que expresa la capacidad y la exigencia de reflexionar sobre los contenidos de la propia conciencia; tener la capacidad de comprender lo que es la persona misma, lo que está bien o no está bien con ella, lo que dignifica o lo que degrada, lo que salva o lo que condena. Estar despiertos, a los seres humanos, los debe llevar, necesariamente, a ubicarse en la vida mucho mejor que cualquier especie animal porque su conciencia cuenta con más herramientas.