Día del Padre – La presencia que representa una bendición

Pr. jorge enrique orejuela castillo
Pastor y consejero por más de 40 años. Graduado en Teología de la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos. Médico cirujano graduado de la Universidad del Valle. Actualmente se desempeña como Presidente de la Junta de Presbíteros de la Iglesia Apostólica de Jesucristo - "Fe en Jesús" Comunidad Internacional.
Día del Padre – La presencia que representa una bendición
En el libro de Éxodo capítulo 33, se narra la experiencia en que Moisés deja ver su gran claridad espiritual en cuanto al conocimiento de los territorios escogidos para su relación con Dios. Ahí se narra cómo Dios decide colocarse a distancia del pueblo en su travesía a través del desierto hacia la tierra prometida, porque con la necedad de ellos era probable que fueran destruidos. Entonces Dios prefiere ponerse a distancia para evitar tener que consumar un juicio que termine aniquilándolos; es un acto de prevención. En su lugar les coloca un ángel pues Dios promete llevar a cabo el programa preestablecido, de modo que ellos podían contar con la garantía del éxito. Ésta presencia del ángel es, por otro lado, un recurso sobrenatural, no despreciable que les daba a ellos ventajas sobre sus enemigos, pues contarían con una forma de fuerza muy superior a lo que tenían los pueblos enemigos a los que se tendrían que enfrentar.
La propuesta de Dios, era una manera de probar la consistencia relacional de ellos, Moisés no se entusiasmó con las garantías tan favorables de la promesa de Dios y entonces prefirió hablar personalmente con Él, a Moisés le preocupaba que Dios no estuviera junto a ellos, que Dios no los acompañara. Moisés entiende que la garantía real es la presencia de Dios acompañándolos por el camino, lo que representaría una dignidad santificadora para él y para el pueblo, pues no son las posibilidades por méritos y derechos del pueblo, sino la misma presencia de Dios la que hace la diferencia.
Ante esta extraordinaria idea podemos decir que sin presencia de Dios no hay pueblo y del mismo modo, sin presencia de los padres no hay familia. La presencia de Dios en la iglesia hace la diferencia frente al resto de la humanidad, no son las características del pueblo las que generan la particularidad, por eso no es el ser humano el factor distintivo, es la presencia de Dios. Por eso es necesario apartarse, para poder garantizar la presencia de Dios, la cual da el respaldo en todos los aspectos de la vida.
La presencia divina es lo distintivo y lo que produce el efecto de fondo, de igual manera podemos decir en relación con los hijos, la presencia de los padres es lo que hace la diferencia de los seres humanos. Es esa presencia acompañándolos en su recorrido y garantizándoles la seguridad y el bienestar que todas las otras cosas jamás podrán aportar. No es el aporte económico por el esfuerzo y el trabajo de ellos como padres, que es una bendición muy significativa; no son las oportunidades que les brinden en una buena casa, buena educación y un buen programa de salud, todo esto es magnífico, pero no es suficiente, eso no resuelve la necesidad que los hijos están presentando de poder tener paz, reposo, de sentirse bien con ellos mismos, de poder encontrar los espacios para en algún momento correr a refugiarse en territorios seguros.
Más allá del bienestar material o la educación, lo que realmente proporciona seguridad y estabilidad a un hijo es la cercanía de sus padres. Su presencia representa protección, guía y un refugio emocional indispensable para el desarrollo infantil.
Además, la cercanía de los padres es clave para que los hijos comprendan la presencia de Dios en sus vidas. Si los padres están ausentes, ¿cómo podrán confiar en un Dios presente? Por ello, la presencia paterna es insustituible en la formación emocional y espiritual de los hijos.
Es así como la presencia de los padres es provisionadora como ninguna otra cosa podría serlo. Tanto que si los padres no están en la cercanía de los hijos el tiempo suficiente, hay un riesgo enorme de que, cosas definitivas que tienen que ver con el desarrollo crítico de la vida de ellos, no se den.
Algunos efectos de la presencia de los padres en la vida de los hijos:
- La presencia de los padres tiene el poder de hacer real la presencia de Dios: porque los padres cumplen la misión de Dios en el hogar. Si ellos están en su casa, Dios está presente a través de ellos, entendiendo esto con una postura cristiana. Es por ello que guían hacia el encuentro con Dios en la práctica espiritual del hogar, hacen tal tipo de comportamiento cúltico, de responsabilidad social-espiritual que necesariamente están abriendo el camino a los hijos para que se encuentren con Dios, por tanto su presencia es guía e inspiración. Además aportan la Palabra de Dios a los hijos como si Dios hablara por boca de ellos.
2. Los padres presentes estimulan en sus hijos el acercamiento a ellos como un apego seguro: en el ser humano existe una tendencia innata y universal a buscar la cercanía protectora de una figura bien conocida que lo cuide cada vez que aparecen situaciones de peligro o dolorosas; enfermedades, condiciones de fatiga o soledad; cuando el niño está viviendo eso lo ideal es que tenga siempre una o más personas, a las cuales tomar como referencia para refugiarse en ellos cuando las cosas en la vida se vuelven difícil de manejar. El apego, en especial a los padres, es desde el comienzo de la vida, y da la tonalidad emotiva sobre las cuales mueven o adquieren su tesitura las otras emociones que aparecen, de modo que ese apego hace que las otras emociones se modulen a través de ellos. Por eso el apego seguro es el camino indispensable en la búsqueda de significado para la vida. Además, es el camino que conduce a Dios, si los padres están ausentes, ¿cómo un hijo va a creer que Dios está presente? Los padres dan la medida para la confianza de sus hijos en las posibilidades de Dios.